Alzheimer: investigan si algunos compuestos de la planta del lúpulo podrían contrarrestar el avance de la enfermedad

El lúpulo es una planta originaria de Europa, Asia occidental y América del Norte, que se cultiva ampliamente en la Comarca Andina. Comúnmente es utilizadas en la elaboración de las cervezas aportándole su característico sabor amargo. Sin embargo, una cerveza especialmente “lupulada” podría tener beneficios únicos para la salud ya que se descubrió que sustancias presentes en las flores de lúpulo podría contrarrestar el avance del Alzheimer.
Científicos de la Universidad de Milán-Bicocca en Italia descubrieron que las sustancias químicas extraídas de las flores de lúpulo pueden inhibir, al menos en el laboratorio, la aglomeración de proteínas beta amiloides que están asociadas al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Se trata de una investigación que fue publicada en la revista de la Sociedad Estadounidense de Química, ACS Chemical Neuroscience. Los resultados son preliminares, pero podrían abrir la posibilidad de desarrollo de un “nutracéutico”, es decir, un alimento con propiedades funcionales que beneficien al organismo humano.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo, a menudo marcada por la pérdida de memoria y los cambios de personalidad en los adultos mayores. Parte de la dificultad para tratar la enfermedad es el tiempo que transcurre entre el inicio de los procesos bioquímicos subyacentes y la aparición de los síntomas, con varios años de diferencia.
Los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad progresa, una persona con enfermedad de Alzheimer presentará un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.
La tardía aparición de los síntomas significa que se producen daños irreversibles en el sistema nervioso antes de que la persona se dé cuenta de que puede tener la enfermedad. Por eso, cada vez hay más atención en las estrategias preventivas y terapéuticas que pueden intervenir antes de que aparezcan los síntomas.
Una de esas estrategias es la de los “nutracéuticos”. En el caso del lúpulo (cuyo nombre científico es Humulus lupulus L.) es uno de los principales ingredientes de la cerveza y presenta diversas actividades biológicas por la gran variedad de sus componentes químicos.

Estudios científicos anteriores habían sugerido que la ingesta de ácidos amargos del lúpulo mejora la función cognitiva, la atención y el estado de ánimo en adultos mayores. Además, se había reportado la administración oral a largo plazo de extractos de flores de lúpulo podía mitigar los fenotipos de la enfermedad de Alzheimer en ratones.
Los estudios previos sugerían que la planta de lúpulo podría interferir con la acumulación de proteínas beta amiloides asociadas a la enfermedad de Alzheimer. Y los investigadores italianos Cristina Airoldi, Alessandro Palmioli y sus colegas quisieron investigar qué compuestos químicos producían ese efecto.
Para identificar esos compuestos, los investigadores crearon y caracterizaron extractos de cuatro variedades comunes de lúpulo mediante un método similar al utilizado en el proceso de elaboración de la cerveza. En las pruebas, descubrieron que los extractos tenían propiedades antioxidantes y podían evitar que las proteínas beta amiloides se aglutinaran en las células nerviosas humanas.

El extracto que más éxito tuvo fue el del lúpulo Tettnang, que se encuentra en muchos tipos de lagers y cervezas ligeras. Cuando ese extracto se separó en fracciones, la que contenía un alto nivel de polifenoles mostró la actividad antibiótica y de inhibición de la agregación más potente. También fomentó los procesos que permiten al organismo eliminar las proteínas mal plegadas y neurotóxicas.
Por último, el equipo probó el extracto de Tettnang en un modelo del gusano C. elegans y descubrió que los protegía de la parálisis relacionada con la enfermedad de Alzheimer, aunque el efecto no era muy pronunciado. El estudio tiene limitaciones porque aún no se evaluó en ensayos clínicos con seres humanos.
Los investigadores afirman que, aunque este trabajo no justifique el consumo de más cervezas amargas, demuestra que los compuestos del lúpulo podrían servir de base a nutracéuticos que combatan el desarrollo del trastorno neurodegenerativo. Los autores recibieron financiamiento del Ministerio italiano de Universidad e Investigación (MUR).
Fuente: Infobae.