Las montañas de El Bolsón se vistieron con los colores del otoño

Con la llegada del otoño, las lengas de los bosques de la región van tomando su típica coloración otoñal dándole a nuestros paisajes esa impronta tan especial y única de esta época del año.
En otoño la zona cordillerana patagónica se enciende con las tonalidades del fuego: rojo, amarillo y naranja. El rojo es por las hojas de las lengas que se van muriendo antes de caer, y el amarillo y el naranja brotan de las enramadas de los ñires. Pero junto a los lagos y arroyos contrastan el verde perenne de los coihues y el blanco de las nevadas a destiempo.
El color predominante es el rojo, porque el ochenta por ciento del bosque de altura está cubierto de lengas.

La explicación biológica del fenómeno es que las hojas van perdiendo su clorofila y quedan los pigmentos amarillos y rojos. El árbol se alista para invernar, y al no tener hojas que alimentar la savia se concentra en la base del tronco. Las lengas y ñires tienen hojas pequeñas y frágiles que no resisten el frío ni el peso de la nieve; en cambio las hojas del coihue son más gruesas y firmes, resistentes a los embates del clima: por eso duran todo el año.
Compartimos algunas imágenes tomadas en estos días en el Cerro Lindo y del Cerro Perito Moreno.




